Los niños dependientes en el llamado tercer mundo, son muchas veces apartados, olvidados y víctimas de la superstición más extrema, que los lleva al abandono en el mejor de los casos, y a muchos de ellos a una muerte cruenta. Así es hoy en día estos niños, en ciertas sociedades, son considerados una maldición, fruto del pecado o incluso como engendros del diablo.
Nuestra labor es dignificar a estos niños. Pero también transmitir a todos aquellos que piensan de esa manera, que justo se trata de todo lo contrario, que los niños, a pesar de la discapacidad, son una bendición, que son niños que están muy cerca del corazón de Dios y que más bien nos encontramos “entre ángeles”, para quienes está reservado un cuidado y una atención muy especial.
Con los pies en la tierra
Por fin después de tantos años de preparación estábamos llegando, y apenas era el comienzo de nuestra andadura. Como se suele decir: «con la mirada puesta en lo alto, pero con los pies firmes en la tierra.» La fe nos mostró esta tierra, nuestro «Yo iré», a veces tímido y otras decidido, fue creído en […]