Dicen que los niños son el futuro, pero no es así.
El futuro somos nosotros, todo lo que nosotros sembramos en ellos, todo lo que somos y hacemos, sea un buen o mal ejemplo para ellos, todo lo que enseñamos y cómo lo enseñamos, etc., determinará en gran parte quiénes serán y qué harán en el futuro, por eso: ¡Nosotros somos el futuro!
Estos niños de ahora, serán el futuro de los que vengan después.
Por eso no podemos dejar de reconocer la gran responsabilidad que tenemos en esta vida. Y es que amar de forma que ese amor nos transforme, es para valientes ¡Dios lo sabe!