En muchos lugares del mundo la pobreza golpea con fuerza. En muchas ocasiones creando situaciones muy dolorosas, donde el hambre se vuelve demasiado persistente y esto es algo que todos sabemos y con lo que convivimos.
Pero cuando a esta situación le ponemos cara, nombre y apellidos, la cosa es diferente. Me refiero a lo siguiente:
Hace muy poco, nuestro equipo de trabajo en Bata (Guinea Ecuatorial) estaba realizando una de sus visitas familiares a los niños. Cuando terminaron todas las visitas, nos llamaron con tristeza para comunicarnos que uno de los niños estaba siendo alimentado tan sólo con agua con azúcar, no tenían nada más que darle.
Esta situación rompió nuestro corazón. Como te decía, cuando el hambre tiene cara, nombre y apellidos, se siente de otra forma ¡Duele el alma!
Al oír lo que estaba ocurriendo, inmediatamente empezamos a buscar soluciones. Gracias a Dios, teníamos en Guinea una pequeña cantidad de dinero para urgencias y pudimos realizar esa misma noche la compra de alimentos para esa familia.
Esta situación nos pone en jaque, primeramente nos muestra que las visitas periódicas a los niños por parte de nuestro equipo, Plata, Antonio, Matías, Rubiela, el dr. Edjang y todos los demás, son de suma importancia para conocer de primera mano, este tipo de situaciones. Y en segundo lugar nos insta a buscar soluciones.
Estamos detrás de la creación de micro empresas, pero para ello necesitamos tener mayores ingresos económicos y con una mayor regularidad.
Tenemos un equipo de trabajo realmente increíble en Guinea Ecuatorial, nosotros desde aquí hacemos lo que podemos para haceros llegar las noticias y necesidades con las que nos encontramos; ahora os toca a vosotros ¡Os necesitamos! Vuestras aportaciones regulares son de suma importancia.
¡Gracias!