Esta foto fue tomada una espléndida mañana de domingo, después de asistir a un animado culto en la iglesia donde sirve el pastor Romualdo. Era nuestra primera toma de contacto con un culto religioso de nuestros hermanos ecuatoguineanos y fue una experiencia muy hermosa. La alegría de esa música y de esos cantos tan rítmicos es altamente contagiosa. Una experiencia muy recomendable para todos.
En la foto detrás de nosotros, destaca el templo y las calles de tierra en Bata, las calles principales están asfaltadas, pero no así las calles entre las viviendas.
Uniendo las dos ideas expresadas anteriormente, está claro que la alegría no depende de nuestras riquezas, ni de nuestras comodidades. Hay cosas más sublimes que alegran nuestras almas, aunque en apariencia parezcan cosas simples.